Hipnosis: Entre el mito y la ciencia

La situación que paso a describir es bastante recurrente entre los profesionales de la salud mental. 
Un día cualquiera, un paciente bloqueado, con un cuadro de ansiedad bastante agudo nos sugiere una terapia,  o más bien, nos solicita una sesión de hipnosis.

Aquí nos encontramos con varios problemas, el primero de ellos, el desconocimiento, no, en la carrera de psicología no nos enseñan a hipnotizar, de hecho, no todos los terapeutas están ni familiarizados, ni mucho menos motivados para iniciar este tipo de terapias.

Segundo y quizás más importante, la hipnosis no es lo que vemos en los espectáculos de televisión, un hipnoterapeuta no puede hacerte cacarear como una gallina, ni puedo, ni mucho menos solucionar todos tus problemas con un chasquido de dedos.

Sin embargo, es cierto que puede ayudar en el tratamiento más allá de ciertas patologías, de ciertas personas, no todo el mundo es hipnótizable, pero quien lo es, quizás la misma sugestión pueda ayudarle a superar algunas barreras que, de otra manera, pueden necesitar mucho más tiempo con otro tipo de terapia mucho más al uso.

Es decir, no todo los psicólogos somos hipnólogos y no todos estamos de acuerdo en los beneficios que este tipo de terapia  puede aportar a un paciente, aquí vienen las opiniones personales, en mi caso en particular, entiendo cada paciente de manera distinta, con sus propias necesidades y su propio ecosistema, y en algunos casos, particularmente en los que el mismo paciente los solicita, puede ser útil, eso si, ni es una navaja suiza, ni tiene una efectividad superior al resto de terapias, aquí tenemos que hacer un inciso importante, para poder ejercer la hipnosis clínica se debe estar en posesión de un titulo de psicólogo -clínico- o de medicina, además de formación en hipnosis, esto diferencia al espectáculo del ejercicio profesional.

Olvidando todos y cada uno de los prejuicios que sobre este tema tengamos, lo cierto es que la hipnosis se basa en la sugestión, no se trata de ninguna técnica especial que anule la voluntad de un tercero tras un mantra transmitido de manera secreta, al final, es un estado de sugestión en el que no vamos a hacer nada que no haríamos sin estar hipnotizados, se puede mentir -ni es cierto que bajo hipnosis no accedamos a un parte profunda donde solo encontremos la verdad- y donde no vamos a conseguir nada que no se pueda conseguir con otro tipo de terapias.

Tampoco es cierto que caigamos en un sueño profundo -existen muchos tipos de estados hipnóticos- y por supuesto, tampoco, que puedan obrar "milagros".

Así por ejemplo, podemos acceder a recuerdos bloqueados o tratar crisis de ansiedad desde otra óptica, sin embargo, chasquear los dedos y hacer desparecer todo lo que nos preocupa, forma parte de la ciencia ficción, los problemas, necesitan tiempo, paciencia, esfuerzo, tesón y en el caso de ser patológicos, algo muy importante, no todos los problemas son patológicos, el duelo por ejemplo, es un estado completamente normal y sano que solo debe ser tratado una vez superado un tiempo razonable.


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